11/20/2006

[ La bolsita de té ]


Hoy muy temprano en la mañana en medio de la vereda transitable diariamente, se encontraba tirada una bolsita de té.
Que kosa más extraña, quien habra dejado aquella bolsita de té ahí ? -pensaba , mientras apuraba mi paso dormido hacia un lugar al cual no queria llegar.
Se enkontraba deshidratada, sin vida, sin color, quien habra sido el personaje que la tiro en aquel lugar sin esperanzas ? ,Qué hace una bolsa de té a las 7:35 de la mañana en este kamino???!!. Me rei.
Y la volvi a recordar durante el traskurso del dia, como si no tuviera que pensar en cosas más importantes que bolsas de tè que yacen en el pavimento.

Siempre en la calle nos enkontramos con cosas extrañas, es el gran museo de la imbecilidad.

Dentro de los zurkos ke separan la vereda de las calle las miradas pueden apreciar palomas muertas, pañales poco higenikos, gatos ke no tuvieron suerte y las ruedas de algun auto los atrapo, gente sin vida, sus sombras, heridas.

Una vez vi una rata muerta , ploma y agusanada.

La idiosincracia de "Nuestro" País dirian algunos, pero ese tema no me interesa en estos momentos,se lo dejo a los psociologos, los desechos existiran siempre aunke nadie los note, asi es por donde kaminan nuestros kanzados pies en cualquier lugar del mundo.

Kienes se entragan al alcohol de forma demedida y no alkanzan a llegar a sus respectivos hogares la kalle tambien los alberga y los podemos enkontrar tirados komo victimas de un crimen que ellos mismos comenten contra sus vidas agonizantes, como la mia, como la tuya , como la de ellos.

Una vez vi un hombre dormir con los ojos biertos sentado al costado del quisco de diarios.

Un torrente de aguas lluvias trajo consigo zapatos y mesas desde algun lugar ke jamas conocere, todo trasita por estos lugares, hasta mi yo lleno de vida que deje estancado hace 15 años atras en alguna kuadra la cual olvide su nombre.
El sol derrite la esperanza ke kae dentro de las rendijas ke terminaran en la basura
La calle es un gran recipiente de desperdicios ke deambula y otro tanto que queda incrustado en las aceras, como aquella bolisita de té, tan diminuta y pintoresca que hacia del paisaje una suciedad algo mas limpia.

Una vez vi que no veia.
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