
Necesito una voz y un receptor a quien hablarle, pero nisiquiera me sirve el imaginario, debo saber que remite a un significado y que en algún momento olvide decir.
Tantas veces cayeron las palabras antes de ser pronuncidas, pienso en aquella vez cuando la luz solar era esquiva , en las escalas que baje de prisa y el enfrentamiento de la convinación de tus colores con la suela de mis zapatos.
Pero eso ya es cuento viejo y no quiero escribir sobre cuentos viejos, menos sobre lo que sotiene a los inviernos.
Y así es como suelo escribir sólo cuatro lineas saludando al día que no quiere ser y de pronto se me alivia la carga, pero no ha salido ninguna novedad, es el espíritu mismo de la comunicación del hombre, anulando avasalladoramente algún intento de creación.
Tantas veces cayeron las palabras antes de ser pronuncidas, pienso en aquella vez cuando la luz solar era esquiva , en las escalas que baje de prisa y el enfrentamiento de la convinación de tus colores con la suela de mis zapatos.
Pero eso ya es cuento viejo y no quiero escribir sobre cuentos viejos, menos sobre lo que sotiene a los inviernos.
Y así es como suelo escribir sólo cuatro lineas saludando al día que no quiere ser y de pronto se me alivia la carga, pero no ha salido ninguna novedad, es el espíritu mismo de la comunicación del hombre, anulando avasalladoramente algún intento de creación.